viernes, 7 de diciembre de 2012

Exposición: Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina

 
Perder la forma humana plantea una imagen de los años ochenta en América Latina que establece un contrapunto entre los efectos arrasadores de la violencia sobre los cuerpos, y las experiencias radicales de libertad y transformación que impugnaron el orden represivo. Cuerpos destrozados/cuerpos mutantes. Entre el terror y la fiesta, los materiales reunidos muestran no sólo las secuelas atroces del a desaparición masiva y la masacre bajo regímenes dictatoriales, estados de sitio y guerras internas, sino también los impulsos colectivos por idear modos de vivir en continua revolución.
 

 
La exposición señala la aparición múltiple y simultánea de nuevos modos de hacer arte y política en diferentes puntos de América Latina durante los años ochenta. Se presentan los resultados de una investigación en curso impulsada por la Red Conceptualismos del Sur, que, en su primera fase, se ha focalizado en algunos episodios del Cono Sur, Brasil y Perú, con la inclusión de casos puntuales de México, Colombia y Cuba. El lapso histórico considerado se inicia en 1973, año del golpe de Estado de Pinochet en Chile, y se extiende hasta 1994, cuando el Zapatismo inaugura un nuevo ciclo de protestas que refunda el activismo a nivel internacional. Ese período se corresponde con la consolidación del neoliberalismo como una nueva hegemonía, el ocaso de los socialismos reales y la crisis de la izquierda tradicional.


 
La exposición complejiza este panorama rescatando experiencias que plantearon formas de resistencia a través de soportes precarios como la serigrafía, la performance, el video, la acción poética, el teatro experimental y la arquitectura participativa. Estas prácticas se pueden agrupar en tres núcleos: las políticas visuales impulsadas por movimientos sociales como las Madres de Plaza de Mayo en Argentina y Mujeres por la Vida en Chile; las desobediencias sexuales, que incluyen experiencias de travestismo y corporalidades que impugnan la construcción tradicional de género; la escena underground que, a través de la música, la fiesta y la ética del “hazlo tú mismo”, construyó micromunidades que permitieron recomponer los lazos sociales quebrados por el terror.
  


Todas las experiencias llevaron a extraviar la forma humana, tensionando y deformando la concepción humanista de sujeto, y dieron lugar a nuevas subjetividades que pusieron en crisis las formas de existencia conocidas, transformando los modos de entender y hacer política contrahegemónica. Se recupera de esta manera un valioso material que parecía estar abocado al olvido y que con su presencia nos deja mirar no solo aquellos años concretos de América Latina, sino también su reinterpretación a la luz de la situación global actual.

 
 
 
Desde mi visión personal creo que se trata de una exposición muy completa e interesante. Sin embargo no puedo evitar buscarle ciertos contrapuntos. Se trata de una exposición muy densa y con un recorrido muy largo, lo que creo que hace que el espectador no dedique el tiempo suficiente pues puede llegar a hacerse bastante cargante por el gran contenido que esta tiene. Sumado, además, a que el edificio presenta dificultades espaciales, es decir, que posee una disposición de las salas incorrecta y un recorrido de estas caótico. Todo ello dificulta mucho el disfrute de la muestra.
Por otro lado la exposición, más que una exposición de arte me da la sensación de estar viendo una especie de muestra documental y periodística. Aunque haya ciertas obras artísticas la mayoría de lo mostrado esta relacionado con documentación escrita (periodísitca, documental...).  Yo considero que no es una exposición adecuada para mostrar en el Museo Reina Sofía. Es cierto que no todo lo que se muestra en esta institución es arte, pero ¿no debería ser así? por algo se llama museo de ARTE contemporáneo...debería mostrarse arte. Esta exposición lleva detrás una gran carga de investigación "artística", lo que ya cambia el discurso de esta, ya no es sólo, supuestamente, una mera representación documental de lo ocurrido en las dictaduras suramericanas y como las asociaciones artisticas se enfretaron a ellas. Ya quiere decir algo más. Sin embargo, para mi, esto no es suficiente como para determinar que esta muestra tenga que exponerse en un museo de arte. Consideraría más apropiado que hubiese estado en otra institución, como por ejemplo la Casa de América. Un espacio perfecto pues en este lugar se expone todo tipo de muestras que van desde las más artísticas a las más documentales y siempre ligadas a la cultura americana.
A pesar de estas diferencias no podría decir nada en contra de esta exposición. Me ha impresionado, y gratamente hace que el espectador refelexione sobre como el ser humano puede llegar a cambiar las cosas, o quizás no.

*Sobre Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina : Información sacada de: http://www.museoreinasofia.es/exposiciones/actuales/perder-forma-humana.html
*Sobre Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina : Información sacada de: http://radio.museoreinasofia.es/perder_forma_humana
 

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