domingo, 14 de octubre de 2012

JACQUES RANCIÈRE: Paradojas del arte político

BIOGRAFÍA:


(Argel, 1940) Es un filósofo francés, profesor de política y de estética, hoy emérito de la Universidad de París VIII Y European Graduate School.
Jacques Rancière se inició con los libros sobre el mundo obrero: La parole ouvrière, La Nuit des prolétaires o Le Philosophe et ses Pauvres. Como discípulo de Louis Althusser, participó además, junto a Ettine Balibar y otros, en la escritura del trabajo colectivo Para leer el capital (1965). Durante el Mayo Francés, sus diferencias ideológicas lo separaron de Althusser.
En su labor posterior, continuó reflexionando sobre la ideología, la lucha de clases y la igualdad. En ese territorio destaca El maestro ignorante. Cinco lecciones para la emancipación intelectual (1987), donde describe el método revolucionario que el pedagogo Joseph Jacotot puso en acción tras la Revolución francesa: suponía un proceso educativo donde no sólo se persigue la igualdad, sino que se parte de ella, estableciendo lazos horizontales entre docentes y estudiantes.
Luego, ha escrito sobre temas estéticos, Malaise dans lésthétique, Léspace des mots: De Mallarmé à Broodthaers, o Aisthesis. Scènes du régime de esthétique de lárt. Y se ha ocupado especialmente de ciertos tipos de cine en La Fable cinématographique, Les écarts du cinéma y en la reciente monografía Béla Tarr. Le temps dáprès.

Las paradojas del arte político:

En "Las paradojas del arte político" Rancière analiza el nuevo modo de repolitizar el arte después de las experiencias fallidas del arte como forma subersiva. La primer paradoja del arte político es, según Rancière, su fidelidad al modelo mnimético tradicional y dominante por pensarlo como el modelo pedagógico de eficacia del arte.

Algunas frases destacables:

  • "La voluntad de re-politizar el arte se manifiesta en estrategias y prácticas muy diversas. Esta diversidad no traduce solamente la variedad de los medios escogidos para alcanzar el mismo fin. Testimonia además una incertidumbre más fundamental sobre el fin  perseguido y sobre la configuración misma del terreno, sobre lo que la política es y sobre lo que hace el arte."
  • "Se supone que el arte nos mueve a la indignación al mostrarnos cosas indignantes, que nos moviliza por el hecho de moverse fuera del museo y que nos transforma en opositores al sistema dominante al negarse a sí misma como elemento de ese sistema."
  • "La ruptura estética ha elaborado así una forma singular de eficacia: la eficacia de una
  • desconexión, de una ruptura de la relación entre las producciones de los conocimientos técnicos artísticos y los fines sociales perseguidos, entre formas sensibles, las significaciones que se pueden interpretar en ellas y los efectos que pueden producir.También le podemos llamar de otra manera: la eficacia de un disenso. Lo que entiendo por disenso en general no es el conflicto de las ideas o de los sentimientos. Es el conflicto de diversos regímenes de sensibilidad (sensorialité). En este sentido, el arte, en el régimen de la separación estética, se encuentra en contacto con la política."

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